jueves, 31 de enero de 2008

TARRAGÓ ROS: El Rey del Chamamé

Alternando con la historia de noveles músicos chamameceros, vamos también entregando un puñado de escritos sobre aquellos llamados pioneros.
En esta oportunidad, volcamos nuestra evocación hacia el Rey del Chamamé, impulsor de un estilo que muchos le atribuyen creación de Ramón Estigarribia, “El Yaguareté de las Selvas Correntinas”.
Ese estilo canillera, muy invitador al baile, modalidad que se apegó en los paisanos de las campiñas y que perdura hasta hoy por la enorme cantidad de conjuntos seguidores de esa línea musical.
Hijo natural de Antonio Francisco Amado Ros y Florinda Reina, nace en Curuzú Cuatiá el 19 de junio de 1923.
Su infancia transcurrió en torno a la barraca de cueros que poseía su familia. Allí conoció a peones, mariscadores, gauchos y también músicos.
Desde muy niño su inclinación por la música lo lleva a ejecutar la armónica y el piano, para luego de unos años adquirir un acordeón de dos hileras (verdulera).
Sus primeras actuaciones, a los 17 años, las realizó en Radio Salto (Uruguay), con un pequeño conjunto de música nativa. El 15 de julio de 1943, apareció la primera edición del quincenario “Brisas Correntinas”, editado y dirigido por él mismo. Ese mismo año viaja por primera vez a Buenos Aires, cumpliendo el sueño de provinciano que cultiva el arte.
Es contratado por don Pedro Mendoza para varias actuaciones en los salones de baile de música correntina de los que era propietario.
Actuó también con Mario Millán Medina, Isaco Abitbol, Ernesto Montiel, Luis Acosta,
entre otros.
En 1944 regresa a Corrientes y, al frente de su conjunto, “Melodías Guaraníes”, realiza numerosas actuaciones en el Litoral y Brasil, además de presentarse en Radio Callao, La Voz del Aire y Radio Prieto.
En 1947, de su fugaz unión con Elia Crispina Molina, nace su único hijo: Antonio Tarragó Ros.
En 1949, ya radicado en Rosario, forma agrupaciones (tríos y luego cuartetos y sextetos). Pero la fama vendría luego de una grabación (como trío) en 1954, que bate todos los récords de venta al grabar “El toro” , de “Cambá” Castillo y “Don Gualberto”, chamamé que le pertenece y que fuera dedicado a su entrañable amigo y compadre, el acordeonista curuzucuateño Gualberto Panozo.
Acompañaron a Tarragó Ros en su primera época: Felipe Lugo Fernández, Carlos Olmedo, Atilio Taboada, Rómulo Velásquez, Antonio Nicolás Niz, Justo Pastor Borda, Gregorio de la Vega, Serafín Altamirano y la cancionista Adriana Selva.
Y se agregó otro acordeón al conjunto, el de Andrés Cañete.
También participaron los glositas Gorgonio Benítez, Oscar Albornoz y, el último, Edgar Emilio Estigarribia.
El Rey del Chamamé o El Gigante del Chamamé, como se lo llamaba, padeció una grave dolencia. El asma había comenzado a cercarlo.
Dicen las crónicas de la época que cuando sintió el primer y último aviso de su corazón,
se levantó tranquilo, se afeitó, se vistió con su cuidada elegancia habitual y salió para internarse en el Sanatorio Corrientes de Rosario.
A las 14 del sábado 15 abril de 1978 dejó de existir, víctima de un paro cardíaco, próximo a cumplir sus 55 años.
Sus restos descansan en su ciudad natal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmmm...me parece haber visto en otro blog esta foto...